el ayudante del contramaestre le negó a su hija, cuando ésta tendría unos ocho años un diábolo. creyó oportuno no comprárselo por mucho que ella insistiera e insistiera. "no hay que darles todos los caprichos a los hijos". da la coincidencia de que las habilidades manuales y artísticas del ayudante del contramaestre le hubiesen permitido incluso, fabricarlo él. pero no hubo diábolo. esto viene a cuento de que si es bueno o no darles todos los caprichos a los insaciables niños. yo no tengo la respuesta. son impulsos que obedeces que unas veces son acertados y otras no.
el ayudante del contramaestre era mi abuelo.
la niña del antojo, mi madre.
y es todavía a estas alturas, 80 años después, que la niña del antojo se sigue acordando del diábolo que no le compraron. (yo creo que se lo merecía).
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