domingo, 2 de septiembre de 2012
jin
si la china llora, la sala se contagia más o menos. si por el contrario, es el chino quien derrama lágrimas, casi todo el mundo en la sala llora. es curioso el fenómeno. lo he comprobado hoy en el cine. estamos poco acostumbrados a ver llorar a un hombre por amor. me habría encantado acompañarle, porque yo que soy de lágrima fácil, esto es, -de lágrima incómoda por lo que te imposibilita y condiciona en momentos inoportunos-, en el cine esto no me suele pasar. gracias a eso puedo salir nada más acabar la peli, mientras el resto de la gente se queda secándose las lágrimas. el amor bajo el espino blanco es lo que tiene...
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