rentrée
no he abandonado, he estado fuera. mientras tanto, he comprobado que las flores en francia nunca se marchitan. tienen tanta suerte con la lluvia que las saluda a menudo, que para cuando una quiere abandonar el tallo, tiene cinco que están -en train de- ser sustituida. creo que tienen suerte los galos. la naturaleza exhuberante de la que disfrutan los hace más risueños, más amables (o eso creo yo).
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