del mistol
conocí una vez a una chica/mujer que decía que fregando los platos es cuando más hacía funcionar su imaginación. era en esos ratos cuando más vuelta le daba a las cosas y cuando más poética se ponía. le pasaba lo mismo fregando los suelos. no se si será el resbalón del agua templada por las manos o la suavidad de la espuma del mistol. a lo mejor, para el caso de que llevase guantes de fregar, la trajese a la realidad el picor de la nariz, ese que sólo te da cuando te pones los guantes de fregar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario