miércoles, 23 de marzo de 2011

reveille-matin (I)

    se le hacía muy cuesta arriba, todas las mañanas, salir de la cama. cuando el implacable sonido del despertador emitía el chirrido él arrugaba el entrecejo y se arrebujaba más entre las mantas. eso y las bajas temperaturas repetidamente anunciadas por la radio, le daban a la mañana un carácter de odiosa desgracia a la que se tenía que enfrentar.
   pero hoy sería distinto, había tomado la decisión de no salir más de la cama, así no tendría frío, ni sueño, ni pereza….
...continuará...

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