sábado, 28 de septiembre de 2019

crónica piscinera

lo de las voces estereotipadas tiene su aquél. me explicaré: uno se imagina que una persona, con su tamaño, sus callos en los pies, su anchura, su altura, etc., deba responder a un timbre de voz determinado. esto es así todos los días; tienes a un individuo más visto que el tebeo casi a diario, con su forma de andar, su forma de nadar (que bien recuerda a un cachalote), con su meyba minúsculo comparado con la anchura de sus hombros y de quien esperas tenga un cuasi vozarrón y un buen día lo oyes hablar. de repente ves que está hablando con alguien mientras tú, con tu gorro ridículo y tus gafas de nadar -que por no herir sensibilidades, diremos que recuerdas al famoso rompetechos-, tu bañador que si no es por un lado será por otro que la costura actúe implacablemente y por lo tanto no estás en condiciones de supervisar la tipología de nadie......escuchas pues cómo ese personaje tiene voz de niño, de alguien apocado, alguien de quien si no lo visionases, todo aquello que te imponía de su figura se viene abajo y casi te da la risa floja. luego compruebas que es más majo estar en la ducha, cada uno en su cabina y oir un diálogo entre dos ocupantes que no se ven....cada uno a lo suyo y darle a la húmeda (es una redundancia aquí) y tú de oyente pensando: tendrán michelín? serán altos?, bajos? o es aquélla persona que en su día no te cedió el paso en la tienda a tí que tenías prisa, y cuando sólo querías una barra de pan mientras entretenían al resto con sus historias pesadas?...... 

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