miércoles, 21 de agosto de 2019

tapette à mouche

acabo de oir gritar a una mosca (creo). la pobre estaba blasfemando contra mí y supongo que contra mi familia también, aunque no tengo mucha seguridad; se oía poco. esto me recuerda a una película que ví hace muchísimo tiempo, era en blanco y negro y no recuerdo ni título ni director, pero básicamente era que un señor se convertía en diminuto (creo -otra vez creo, que soy persona creedora-, que le pasó porque andaba haciendo algún tipo de ensayo con alguna pócima) y una mosca lo atrapaba y él venga a gritar a sus gentes, a todos los que tenía alrededor, le parecía imposible que no le viesen ni oyesen mientras comían en la mesa, al lado del pan..... por todas partes. la película era inquietante; la transformación que sufría el protagonista daba mucho miedo; te hacía replantearte el mundo cercano, el más inmediato y doméstico en lo que a las dimensiones se refiere. mi mosca, la que me ocupa, es una superviviente, porque ya la maté ayer (o eso creía yo); la realidad es que dentro de mi escaso perímetro, al ayudarme con la paleta de las moscas, me dí en la pierna y creí habérmela cargado. la realidad es otra, hoy estaba merodeando de nuevo por mis dominios y visto lo torpe que estaba, deduzco que es la de ayer. bueno, pues le he dado otro golpe y aún no he podido con ella. a la tercera sí, pero mientras caía en la alfombra me ha parecido oir que se acordaba de mi familia. la pierna tiene la marca de los cuadritos de la paleta matamoscas.

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