un día leí que los sellos de correos tienen en la parte de atrás una sustancia que engorda; eso quiere decir que si chupas muchos sellos te engordas (qué pesadilla, otra cosa más). las moderneces hacen que nos olvidemos de cosas así, porque hace ya tiempo que los sellos que te venden en correos son adhesivos; todo esto estaba casi aparcado en no cuál de los caracoles del cerebro porque el uso de los correos electrónicos (mails, of course) así lo ha decidido; pero ayer tuve una especie de déjà-vu pero en directo: fui con un sobre al estanco, a poner sello (franquear, jejeje) y cuál fue mi sorpresa cuando la estanquera arrancó el sellito del pliego que guardaba en un cartapacio y le dio un lametón como hacía tiempos que no veía...
escriban cartas (que esto se acaba), vayan al estanco y franqueen....verán qué gusto da
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